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Infecciones urinarias

Autor: Autor: Dr Gilberto E. Chéchile Toniolo. INSTITUTO MEDICO TECNOLOGICO. PROSTATE INSTITUTE. BARCELONA

Las infecciones urinarias son muy frecuentes, solo son superadas por las infecciones respiratorias. Las mujeres son afectadas más frecuentemente que los varones y una de cada 5 mujeres tendrán al menos una infección de orina en algún momento de su vida.

La orina normal es estéril, lo que quiere decir que normalmente no existen gérmenes. Generalmente, las infecciones de orina están producidas por gérmenes que se encuentran en el intestino grueso y el más frecuente se llama Escherichia Coli. El conducto de la orina (uretra) se encuentra en la mujer a pocos centímetros del ano y se piensa que los gérmenes se desplazan desde el ano hasta la uretra y por ella suben hasta la vejiga para producir una infección llamada cistitis. Cuando se produce una cistitis, el interior de la vejiga se vuelve rojo e irritado lo mismo que sucede con la garganta cuando usted tiene un constipado.  Si la infección no se trata rápidamente puede subir por el uréter hasta el riñón y producir una pielonefritis. La infección de los riñones es mucho menos frecuente pero más severa que la cistitis.

Factores que predisponen a desarrollar una infección de orina   

 Cualquier anormalidad del aparato urinario que obstruya el paso de la orina puede producir una infección de orina como por ejemplo una próstata grande o una piedra. Una causa frecuente de infección de orina es la presencia de sondas o catéteres. Aunque la sonda se coloque con las máximas precauciones, la infección aparece pocos días después. Las personas con diabetes también tienen mayor riesgo de presentar una infección de orina. Lo mismo sucede con las personas ancianas o debilitadas ya que sus defensas están más bajas. Las infecciones de orina son poco frecuentes en niños y jóvenes. Las mujeres que utilizan diafragmas desarrollan más infecciones que las que utilizan otros métodos anticonceptivos.

Síntomas de las infecciones de orina     

La mayoría de las personas tienen síntomas, aunque en algunos casos estos no se observan. Los más comunes son: necesidad urgente de orinar, orinar muy seguido, dolor o quemazón al orinar, dolor o presión en el bajo vientre, orinar muy poco y quedar con ganas de seguir orinando, cansancio, decaimiento, orina turbia o rosada. La orina puede tener un olor desagradable y en ocasiones notará que tiene sangre. También puede presentarse escape de orina. En los niños, los síntomas de infección puede que no sean tan claros como en los adultos y en ocasiones sólo se manifiestan por irritabilidad, pérdida de apetito, fiebre o solamente presentar un aspecto de enfermo.

Si hay fiebre se considera que es una infección de orina que compromete el riñón en las mujeres o riñón, próstata o testículos en los varones. Si hay infección del riñón (pielonefritis aguda) hay dolor en la espalda y a veces náuseas y vómitos. Si la infección no se trata rápidamente las bacterias pueden pasar a la sangre y causar una infección muy severa que puede ser mortal y que se llama sepsis. Para el control y tratamiento correcto de un paciente con sepsis se debe ingresar en una unidad de cuidados intensivos.

¿Cómo se diagnostican las infecciones urinarias?

El primer y más importante examen es un análisis de la orina para confirmar que hay glóbulos rojos, blancos y gérmenes. Además, se realizará un cultivo de la orina para conocer si los gérmenes se multiplican y si responden a los antibióticos. Se realizará además una radiografía simple para ver si hay piedras y una ecografía de los riñones para diagnosticar dilataciones de los conductos (hidronefrosis). Si hay dilatación seguramente su urólogo realizará un TAC para identificar el sitio de la obstrucción. Otro examen que se puede realizar si se han repetido muchas infecciones de orina es una cistoscopia (pasar una cámara a la vejiga para ver en su interior.

¿Cómo se tratan las infecciones urinarias?

El tratamiento es con antibióticos durante 4-5 días si es una infección simple y de 2-3 semanas si la infección es del riñón (pielonefritis aguda) o de la próstata (prostatitis aguda). El cultivo de la orina identificará el germen causante de la infección y el antibiograma indicará cuál es el antibiótico más apropiado.

Si la infección es una cistitis muy probablemente con 2-3 días de tratamiento con antibióticos por boca serán suficientes, mientras que si se trata de una pielonefritis o prostatitis el paciente debe ser ingresado durante 2-3 días para administrar los antibióticos directamente en una vena y continuar luego de ser dado de alta con antibióticos por vía oral durante unas 3 semanas para asegurarnos que los gérmenes han sido eliminados del riñón (pielonefritis) o de la próstata (prostatitis).

Pese a la realización de un tratamiento correcto, la desaparición de todos los síntomas de infección puede tardar varios días.  

Si las infecciones de orina se repiten frecuentemente (más de 2 por año) se debería realizar pruebas para diagnosticar enfermedades que favorezcan la aparición de complicaciones.

Los niños tienen un riesgo muy elevado de presentar daño en los riñones por las infecciones de orina, lo que puede llevar a un daño irreparable en la función del riñón que obligue a diálisis y trasplante de riñón. Las mujeres embarazadas son otro grupo que tiene mucho riesgo por el posible daño en los riñones de la madre y en la salud del bebé.

¿Qué se puede hacer para reducir el riesgo de presentar una infección de orina?

  1. NO retrasar la micción cuando tenga ganas de orinar.
  2. NO tenga prisas y tómese el tiempo necesario para vaciar completamente la vejiga.
  3. Beba abundantes líquidos todos los días.
  4. Acostúmbrese a ir a orinar después de haber realizado el acto sexual.
  5. Consulte a su médico ante la primera molestia que tenga al orinar.

Los síntomas de una infección urinaria pueden ser similares a los de otras enfermedades del aparato urinario. Si en el análisis de orina su médico no encuentra una infección debería consultar a un urólogo para que realice otras pruebas que sirvan para diagnosticar otras enfermedades.