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Prostatectomía radical laparoscópica

Autor: Dr Gilberto E. Chéchile Toniolo. INSTITUTO MEDICO TECNOLOGICO. PROSTATE INSTITUTE. BARCELONA

¿Qué es la laparoscopia?

La laparoscopia es la alternativa mínimamente invasiva a la cirugía abierta convencional. En ella se introduce en el abdomen una pequeña cámara a través de un pequeño corte en el ombligo de 0,5-1 cm de longitud. De esta forma, se trasmite, la imagen de los órganos internos a un monitor de televisión localizado en el exterior lo que posibilita que el cirujano visualice los movimientos de diferentes instrumentos introducidos en el abdomen por otros 2-3 pequeños orificios.  La laparoscopia convencional se popularizó en urología a mitad de los años noventa.

¿Cuáles son los beneficios de la laparoscopia?

Los pacientes operados por laparoscopia tienen los mismos beneficios que los tratados con cirugía abierta por ejemplo la extirpación de los órganos con cáncer, pero con notables ventajas en lo que respecta a menor sangrado operatorio, mucho menos dolor postoperatorio (las heridas son menores de 1 centímetro), menos días de ingreso en el hospital, mejor resultado estético y recuperación más rápida de la actividad normal del paciente.

¿En qué consiste la prostatectomía radical laparoscópica?

Esta técnica se realiza a través de 4 ó 5 pequeñas incisiones en el abdomen, contrasta con la técnica abierta en la que es necesaria una incisión en la línea media de la parte baja del abdomen.

Durante la prostatectomía radical laparoscópica, la glándula prostática es separada de la vejiga y de la uretra y posteriormente estas estructuras son nuevamente unidas. La próstata es extraída a través de una de las incisiones utilizadas previamente, habitualmente es necesario abrir un poco esta pequeña incisión (3-6 cm) dependiendo del tamaño de la próstata.

Visita preoperatoria

En la visita preoperatoria, el urólogo revisará su historial clínico, los valores del PSA, el resultado de la biopsia de próstata en donde se diagnostica el cáncer y posiblemente una gammagrafía ósea y una tomografía axial computada del abdomen y la pelvis, así como todas las pruebas que puedan ser de utilidad para el tratamiento.

Seguidamente comentará con usted las opciones de tratamiento que existen para el cáncer de próstata.

¿Cómo se realiza la prostatectomía radical laparoscópica?

La prostatectomía radical laparoscópica es un tratamiento aceptado y establecido para el cáncer de próstata localizado. Este procedimiento requiere la participación de un equipo de cirujanos, anestesiólogos, enfermeras y técnicos entrenados y capacitados para la realización de intervenciones laparoscópicas.

La prostatectomía radical laparoscópica se realiza de acuerdo a los principios de la cirugía abierta, pero sin que la mano del cirujano entre al abdomen. La lente de laparoscopia, conectada a la cámara proyectan al monitor una excelente imagen ampliando los detalles de la próstata y de las estructuras vecinas permitiendo así una disección más precisa.

Una vez que la próstata es liberada de la vejiga, el recto y la uretra, se coloca en una pequeña bolsa de plástico y extraída por uno de los orificios creados para realizar la intervención. La vejiga se “une” nuevamente a la uretra para restaurar la continuidad del tracto urinario mediante la utilización de técnicas laparoscópicas dentro del cuerpo.

Se coloca una sonda a través del conducto de la orina (uretra) para vaciar la vejiga y permitir la correcta cicatrización de la unión entre la uretra y la vejiga. Además, un pequeño tubo de drenaje es colocado a través de una de las incisiones.

La duración de la prostatectomía radical laparoscópica es aproximadamente de 2 a 4 horas, pero puede variar de acuerdo a las características de cada paciente, como el tamaño de la próstata, la forma de la pelvis, el peso del paciente o cirugías previas en el abdomen o la pelvis.

La pérdida de sangre durante la cirugía es aproximadamente menor de 500 ml. Rara vez se requieren transfusiones.

El tiempo de estancia hospitalaria es aproximadamente de 3 a 5 días, es necesario llevar una sonda para orinar durante 10-12 días, antes de retirar esta sonda se requiere la realización de una prueba radiológica (cistografía de relleno) para asegurarse de que la unión uretra-vejiga ha cicatrizado correctamente.

El resultado de la anatomía patológica para conocer la extensión exacta del tumor tarda aproximadamente 8 10 días. Un análisis de PSA se determinará a partir de 30 días tras la cirugía.

¿Cuáles son las complicaciones de la prostatectomía radical laparoscópica?

Aunque la prostatectomía radical laparoscópica ha demostrado ser segura, sin embargo, como en cualquier procedimiento quirúrgico, existen algunos riesgos y posibles complicaciones:

  • Sangrado: Aunque la pérdida de sangre durante el procedimiento es relativamente escasa comparada con la cirugía abierta, es posible que sea necesaria la transfusión.
  • Infección: A todos los pacientes se les administran antibióticos por la vena, antes de empezar la cirugía con el fin de disminuir la posibilidad de infección.
  • Daño a otros órganos o tejidos: Aunque es muy poco probable, existe la remota posibilidad de que una lesión en otros órganos como son el recto, venas o arterias pueda requerir otra cirugía. El posible daño a nervios o músculos relacionados con la posición también es posible. Estos daños también pueden ser causados por la cirugía abierta.
  • Convertir a cirugía abierta:  Si se presentan dificultades durante la intervención laparoscópica, el procedimiento puede requerir la conversión a cirugía abierta convencional. Esto puede resultar en un periodo de recuperación más largo y en una incisión más grande.

¿Qué esperar después de la cirugía?

Después del procedimiento es normal la presencia del dolor, este será controlado con medicación administrada por la vena por el personal de enfermería.

Sonda urinaria: Esta sonda (tubo de plástico), permite la salida de la orina desde la vejiga hacia el exterior (es colocada en el quirófano mientras el paciente está dormido) y habitualmente se mantiene durante 10-12 días después de la cirugía. En algunas ocasiones es necesaria la realización de una prueba radiológica (cistografía) para confirmar que el paso de la orina entre la vejiga y la uretra es correcto.

Dieta: Durante los 2-3 primeros días después de la cirugía es necesario llevar una vía de acceso venoso (esta vía es un pequeño tubo colocado en la vena para que de esta manera sea posible recibir sueros y mantener un adecuado estado de hidratación y que además permite la administración de medicamentos). La mayoría de los pacientes pueden comer algunos alimentos al segundo día de la intervención.

Fatiga: La sensación de cansancio es normal y comenzará a desaparecer después de unas 4-6 semanas.

Estancia hospitalaria: La duración del periodo hospitalario es habitualmente de 4 a 6 días.

Estreñimiento: Es posible presentar dificultad para realizar deposiciones los primeros días después de la cirugía. Si es necesario se administrarán supositorios o laxantes suaves para resolver este problema. 

LAPAROSCOPIA 3D

¿Qué es la laparoscopia 3D (tridimensional)?

La laparoscopia convencional dispone de una óptica y un procesador por lo que la visión es en dos dimensiones (2D) por lo que el cirujano pierde la percepción de profundidad y se pueden producir maniobras erróneas o accidentes. La laparoscopia 3D es el último adelanto de la cirugía laparoscópica, aunque desde hace varios años que se utiliza en la cirugía robótica. Con este nuevo sistema tridimensional las imágenes son captadas por dos ópticas, pasan a dos procesadores diferentes y se envían a un mezclador que las combina para ser visualizadas a través de las gafas del cirujano en las pantallas del quirófano. Con el nuevo sistema de alta definición, las imágenes se capturan con una resolución de 1.080 líneas.

¿Cuáles son las ventajas de la laparoscopia 3D?

La laparoscopia 3D mejora la resolución y la definición de las estructuras anatómicas, facilita la manipulación, disminuye el tiempo quirúrgico y reduce la fatiga del cirujano. Todo ello disminuye la posibilidad de que se produzcan accidentes durante la cirugía lo que se traduce en una mayor seguridad para el paciente.       Las cirugías urológicas que se pueden beneficiar con la incorporación de la laparoscopia 3D son: extirpación de órganos con cáncer (riñón, próstata, vejiga), extirpación de tumores de glándula suprarrenal, tratamiento de quistes de riñón, reparación de estenosis pielo-ureteral, extracción de litiasis de uréter y la cirugía para la incontinencia de orina y el prolapso vaginal en mujeres, etc. El sistema 3D permite que la cirugía sea más segura al poder realizar todos los movimientos con una dimensión más y disminuye la fatiga visual de los cirujanos que suele aparecer a las dos horas de intervención.

En un estudio publicado recientemente, se compararon los resultados de prostatectomías radicales realizadas con sistema 2D y 3D observándose que con el sistema 3D el tiempo operatorio era significativamente menor (130 versus 190 minutos), además el sangrado fue inferior, y un mayor porcentaje de pacientes recuperaron más rápidamente la continencia de la orina. Los autores concluyen que en términos económicos la laparoscopia 3D puede representar una alternativa válida a la cirugía robótica.