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Infecciones urinarias en la infancia

Autor: Dra. Anna Orsola. Urólogo Pediátrico. Instituto Médico Tecnológico.  

Las infecciones urinarias en la infancia son el principal problema urinario en esta etapa después de los escapes nocturnos (enuresis). Aproximadamente el 3% de las niñas y el 1% de los niños sufren una infección urinaria (IU) antes de los 11 años. Muchas de estas infecciones pasan desapercibidas, es decir, no son diagnosticadas porque los síntomas no siempre son obvios. Es importante identificar y tratar las infecciones urinarias, pues si pasan sin tratamiento pueden desencadenar riesgos y problemas renales para el niño. Para comprender las infecciones urinarias, es útil saber cómo funciona la vía urinaria.

¿Qué es la vía urinaria?

– La vía urinaria consta de dos riñones, dos uréteres, una vejiga y una uretra.

– Los riñones se encuentran en la parte posterior del abdomen justo debajo de las costillas. Filtran la sangre y eliminan sustancias innecesarias para el cuerpo través de la orina.

Cada riñón está conectado a un tubo delgado llamado uréter. Los uréteres llevan la orina a la vejiga. La vejiga guarda la orina hasta que sale del cuerpo por un conducto delgado llamado uretra; esto ocurre al orinar.

¿Qué es una Infección Urinaria?

En condiciones normales la orina no contiene bacterias. Si bacterias de la piel de la zona genital y rectal entran en el tracto urinario, subiendo por la uretra hacia la vejiga, pueden infectar la orina e inflamar la vejiga. Cuando las bacterias permanecen en la vejiga la infección se denomina cistitis. Cuando las bacterias alcanzan el riñón se denomina pielonefritis, esta acompañarse de fiebre y dolor y es mucho más grave que una cistitis. Estas infecciones no son contagiosas.

¿Cuáles son los signos y síntomas de una Infección Urinaria? 

El revestimiento de la vejiga, la uretra, los uréteres y los riñones se irrita e inflama con una infección urinaria, de modo similar a lo que sucede con una infección de la nariz o la garganta. Los signos y síntomas de IU dependen de la edad. En los niños pequeños pueden no ser claros y además el niño no sabe explicar cómo se siente.

Síntomas y signos de las infecciones urinarias
LACTANTES y hasta 1 añoNiños MAYORES
– Fiebre
– Irritabilidad
– Vómitos y diarrea
– Rechazo del alimento
– Ausencia de incremento
de peso
– Orina maloliente (en pañal)

– Escozor o dolor al orinar
– Micción frecuente
– Fiebre
– Dolor abdominal bajo
(pelvis)
– Dolor lumbar o en el flanco
– Escapes de orina
-Sangre en la orina

Los niños más pequeños pueden tener fiebre elevada, estar irritables y no comer. Sin embargo, a veces, la fiebre es baja y el niño simplemente tiene náuseas, vómitos y mal aspecto. La orina del pañal puede tener un olor inusual. Niños más mayores pueden orinar con frecuencia y quejarse de dolor en el área pélvica y abdominal. Si existe una infección del riñón, el niño puede quejarse de dolor lumbar. También es posible que refieran dolor y escozor al orinar, así como dificultad para orinar con salida de orina a gotas, o bien con escapes. Como en los más pequeños la orina puede ser turbia y maloliente.

¿Cómo se diagnostica una Infección Urinaria?

Sedimento y cultivo de orina

El examen de la orina es la prueba imprescindible para diagnosticar la infección. La orina se examina bajo el microscopio y si está infectada aparecerán gérmenes y/o pus (leucocitos). Parte de la orina se cultiva en el laboratorio para poder identificar con exactitud el germen y poder saber que antibiótico es el más efectivo. Esta parte del estudio (el cultivo) requiere entre 2 y 6 días. Las bacterias más frecuentemente implicadas son la Escherichia Coli (abrev. E. Coli) y el Proteus.

La fiabilidad del sedimento y cultivo de orina depende del tiempo que pase desde la recogida de la muestra hasta el estudio en el laboratorio. Si se recoge en casa debe conservarse en el frigorífico y transportarse en una bolsa con hielo.

La forma de recoger la muestra de orina depende de la edad del niño. Si todavía lleva pañales puede realizarse colocando una bolsa de plástico adherida al área genital, mientras que a los niños más mayores se les pide que orinen en un contenedor.

El principal problema de estos sistemas de recogida es que gérmenes normalmente presentes en la piel de los genitales pueden recogerse en la muestra de orina y confundir respecto a si verdaderamente ésta está infectada o contaminada. Por ello, a veces se recurre a pasar un pequeño tubo de plástico (sonda) directamente por la uretra hasta la vejiga para recoger la orina. Otro método es colocar una aguja (punción suprapúbica) directamente en la vejiga a través de la piel de la parte baja del abdomen. La recogida de orina a través de la sonda o la aguja asegura que la orina recogida no está contaminada.

¿Por qué y cómo hay que estudiar un niño tras una Infección Urinaria?

Independientemente de la edad, la cistitis (infección de la vejiga) no suele cursar con fiebre ni producir lesión a largo plazo en la vejiga o en los riñones. La pielonefritis (infección renal) en cambio, puede producir lesiones o cicatrices permanentes en los riñones incluso después de un único episodio de infección. Esto es especialmente cierto en los niños muy pequeños. Por otro lado, en algunos niños una IU puede ser un signo de que existe una anormalidad del tracto urinario que puede predisponer a más problemas.

Por todo ello cuando el cultivo de orina confirma que existe una IU suele recomendarse la realización de más pruebas. Algunos niños, sin embargo, presentan infecciones urinarias simplemente porque están predispuestos a ellas (del mismo modo que otros lo están a resfriarse o a tener otitis).

Cuando la infección se ha tratado y curado, pueden recomendarse otras pruebas para evaluar anormalidades del tracto urinario. Estas pruebas dependerán de la edad del niño y del tipo y características de la IU. Estas pruebas aportan información diferente y a veces es necesario realizar más de una.

  • Ecografía de los riñones y la vejiga: emplea ultrasonidos para examinar los riñones y la vejiga. Puede mostrar algunas anormalidades, pero no todas las posibles anomalías urinarias. La ecografía no puede medir la funcionalidad del riñón. No es dolorosa ni requiere ninguna punción o cateterizar la uretra.
  • Cistouretrografía miccional seriada (CUMS): esta prueba examina la uretra y la vejiga mientras esta se llena y se vacía. Se realiza colocando un tubo de plástico (sonda) por la uretra para aplicar en la vejiga un líquido que se puede ver mediante rayos-X. La vejiga se llena hasta que el niño orina. Este estudio informa de la existencia de anormalidades en la vejiga, la uretra o los uréteres.
  • Urografía intravenosa: esta prueba se realiza con menos frecuencia. Permite examinar todo el tracto urinario por rayos-X mediante la inyección de contraste en una vena del brazo. Esta sustancia llega por la sangre a los riñones, donde es filtrada junto con la orina y sale por los uréteres y la vejiga, así permite ver si existe alguna obstrucción.
  • Pruebas nucleares o isotópicas: en estos estudios se inyectan en vena materiales isotópicos que muestran cómo funcionan los riñones, que forma tienen y si la orina es eliminada de ellos de forma normal. Diferentes pruebas dan informaciones distintas de los riñones y la vejiga. Estas pruebas nucleares o isotópicas no exponen al niño a más radiación de la que recibiría en una radiografía convencional.

¿Cómo y porqué hay que tratar una Infección Urinaria en la infancia?

Todos los niños con una IU deben ser tratados con antibiótico durante unos 7 días (minimo3 días) si se trata de una cistitis y durante unos 10 a 14 días si se trata de una pielonefritis. La dosificación y duración del tratamiento varía en función del antibiótico, la edad del niño y su estado general.

El tratamiento se debe comenzar inmediatamente tras el diagnóstico y mientras se obtiene el resultado definitivo del cultivo de orina. Se elige un antibiótico que con alta probabilidad curará la infección, es decir que sea efectivo, pero también bien tolerado y seguro. Las cefalosporinas cumplen estas propiedades y han sido ampliamente empleadas con esta indicación. Cuando se dispone del cultivo definitivo de orina a veces es necesario cambiar de antibiótico. Asimismo, en los niños menores de un año o en aquellos muy enfermos puede ser necesario el ingreso y el tratamiento antibiótico por vena.

Es muy importante completar los días de antibiótico prescritos aunque el niño haya mejorado mucho, pues si se interrumpe el tratamiento los gérmenes pueden volverse resistentes al fármaco y la IU puede reaparecer.

Se realizará un análisis de orina de control al final del tratamiento para asegurar que se ha resuelto la IU.

Si el pediatra o el urólogo pediátrico considera indicado realizar estudios completos urológicos, suele ser útil mantener los antibióticos hasta que se completen dichas pruebas.

Niños con infecciones urinarias pueden tener hábitos miccionales y defecatorios incorrectos; es importante intentar modificarlos y seguir las normas básicas de higiene miccional.

Algunos niños tienen IU de repetición sin una causa obvia que lo justifique y pueden requerir dosis bajas de antibiótico de forma mantenida; es la llamado quimioprofilaxis. Este tipo de tratamiento también se emplea cuando se diagnostica reflujo vesico-ureteral. El objetivo es mantener la orina estéril, evitando que se infecte y la dosis prescrita es un tercio o un cuarto de la dosis diaria normal. De esta manera el antibiótico es muy seguro incluso si se usa durante varios años y tiene escaso o ningún efecto en la inmunidad global. En estos casos la tolerancia y la buena cobertura frente a diversos gérmenes es tan o más importante que en la propia IU.

¿Qué anormalidades pueden desencadenar problemas urinarios?

Muchos niños que sufren una IU tienen unos riñones y vejiga normales, pero aquellos que tienen una anormalidad deben ser diagnosticados lo antes posible para intentar proteger los riñones de lesiones y cicatrices. Algunas de las anormalidades que pueden detectarse a raíz de una IU son:

Reflujo vesico-ureteral: Ocurre en hasta el 1% de los niños y con frecuencia estos presentaban dilatación renal (ectasia o hidronefrosis) en las ecografías prenatales. En esta enfermedad mientras la vejiga se llena, la orina vuelve (refluye) anormalmente hacia los uréteres y los riñones.

Obstrucción urinaria: el bloqueo del flujo de orina puede suceder a varios niveles del tracto urinario, especialmente en la unión del uréter y el riñón y la unión del uréter y la vejiga. Otra causa más rara son las piedras en la vía urinaria que pueden asociarse a una IU y cursar con obstrucción urinaria.

Disfunciones miccionales: aparte de los niños con enfermedades neurológicas conocidas (como los mielo meningoceles), otros niños pueden tener disfunciones de la micción que pasan más desapercibidas y en las que la aparición de IU puede ser un signo de alarma para buscarlas.

¿Qué efectos a largo plazo pueden tener las Infecciones Urinarias en la infancia?

Los niños más pequeños, especialmente durante el primer año de vida tienen un mayor riesgo de sufrir daño renal como consecuencia de las IU. Este daño incluye cicatrices renales, retraso de crecimiento renal, deterioro de la función renal, hipertensión arterial, etc. Por esta razón es importante que los niños con una IU reciban tratamiento pronto y sean cuidadosamente evaluados.


Puntos a recordar


– Las IU ocurren en aproximadamente el 3% de las niñas y el 1% de los niños antes de los 11 años de edad.

– La existencia de una IU en un niño pequeño puede ser el signo de una anormalidad del tracto urinario que puede llevar a problemas repetidos.

– Los signos y síntomas de una IU en la infancia son muy variables; desde un leve escozor al orinar con un olor inusual en la orina a dolor intenso y fiebre elevada.
– La IU debe tratarse con antibióticos entre 3 y 15 días de duración dependiendo de la gravedad. Suelen usarse antibióticos como las Cefalosporinas por su eficacia contra los gérmenes de la orina y su tolerancia.
– Una IU no tratada puede desencadenar un daño renal grave.

– Hable con su pediatra si sospecha que su hijo tiene una IU.

Este articulo ha sido realizado con la intención de informar a pacientes y a sus familias para estimular y favorecer la comprensión de esta enfermedad y facilitar la toma de decisiones en cuanto a tratamiento y seguimiento.

La información ha sido resumida y editada por la Dra. Anna Orsola, Urólogo Pediátrico del Instituto Médico Tecnológico de Barcelona y en parte basada en las publicaciones del Pediatric Vesicoureteral Reflux Guidelines Panel de la American Urological Association, Inc.

Más información acerca de las infecciones urinarias en la infancia

Se estima que aproximadamente el 3% de niñas y el 1% de niños han sufrido una infección del tramo urinario (ITU) antes de los 11 años. Algunos investigadores creen que esta estimación es baja, ya que probablemente muchas ITUs pasan inadvertidas. Los síntomas no son siempre específicos para los padres, y los niños cuando son muy pequeños son incapaces de describir lo que realmente sienten.

Reconocer y tratar una infección urinaria es importante. Las infecciones urinarias no tratadas correctamente pueden causar serios problemas a nivel renal pudiendo dañarlos de forma permanente para toda la vida del niño.

¿Cómo funciona normalmente el sistema urinario?

El sistema urinario está compuesto por los riñones, uréteres, vejiga y uretra.

Los riñones filtran y extraen de la sangre circulante todos los residuos y agua para producir orina. Producen aproximadamente entre 1 – 1,5 litros de orina por día en un adulto, este valor es menor en niños dependiendo de la edad del niño. La orina viaja desde los riñones (donde se forma) a través de 2 estrechos

Tubos llamados uréteres, estos tubos terminan en la vejiga, órgano que sirve de reservorio donde se guardará hasta que pueda ser expulsada hacia el exterior del cuerpo a través de la uretra, otro tubo que se ubica en la parte más baja de la vejiga y que termina en el final del pene en el varón y en la parte frontal de la vagina en la niña.

¿Cómo puede llegar a infectarse el sistema urinario?

La orina normalmente no contiene bacterias. Las bacterias pueden llegar desde la piel alrededor de la región perineal (anal) o genital y viajar a través de la uretra hasta la vejiga. Cuando esto pasa las bacterias pueden infectar e inflamar la vejiga, causando dolor en la región inferior del abdomen, escozor al orinar produciendo lo que se denomina «cistitis».

Si la bacteria sube a través de los uréteres hasta los riñones se puede desarrollar una infección a este nivel. Este tipo de infección habitualmente va acompañado de dolor lumbar (lado afectado) y fiebre. Las infecciones a nivel renal son mucho más serias que las que se producen en la vejiga.

En algunos niños las infecciones urinarias pueden alertarnos sobre alguna alteración del sistema urinario. Por esta razón cuando se diagnostica una infección urinaria a menudo es recomendable realizar algunos estudios complementarios. En otros casos, pueden desarrollar infecciones urinarias porque son más susceptibles para tener infecciones, por ejemplo, hay niños con facilidad para desarrollar resfriados, infecciones de oídos etc.

¿Cuáles son los síntomas de las infecciones urinarias?

Si el niño es un lactante o tiene pocos años de edad, los síntomas pueden ser poco claros, además es difícil de saber ya que el niño no puede decir como lo que siente. Puede tener fiebre alta, irritabilidad y pérdida de apetito.

Algunas veces puede tener fiebre no muy alta, náuseas y vómitos, o solamente no sentirse bien. La orina del pañal puede oler manera diferente. Si aparece fiebre alta sin síntomas de resfriado o alguna otra causa evidente que la justifique, puede ser necesario que se realice un análisis de orina para descartar esta causa.

En niños mayores con irritación de la vejiga, pueden quejarse de dolor en el abdomen inferior o área pélvica y es probable que tenga que orinar con mucha frecuencia. Si el riñón es el infectado puede tener dolor en el flanco, debajo de las costillas o en la parte baja de la espalda, también por debajo de las costillas. Otros síntomas son dolor al orinar o tener muchas ganas de orinar y solo hacer algunas gotas, dificultad en controlar las micciones, e incluso se pueden escapar algunas gotas de orina en la ropa interior o en la cama. La orina puede tener aspecto turbio y oler de forma diferente.

¿Cómo saber si su hijo tiene una infección de orina?

Para poder saber si hay una infección urinaria es necesario realizar un análisis de orina.

La forma en que se debe recoger orina para su análisis depende de la edad del niño. Si es un lactante o aún no controla la micción, se utiliza una pequeña bolsa plástica que se coloca en la zona genital del niño que se adhiere a la piel por un adhesivo que viene incorporado a la bolsa. Si el niño es mayor se le hace orinar dentro de un pequeño recipiente en general de plástico o vidrio. Es necesario que la muestra de orina se obtenga correctamente para evitar que bacterias provenientes de la piel o zona perianal puedan dar resultados equivocados. También la orina puede obtenerse directamente desde la vejiga utilizando un pequeño tubo denominado catéter o sonda vesical. Otras veces la mejor forma de obtener la orina es mediante una punción directa vesical con una pequeña aguja, a nivel del abdomen inferior(suprapúbica) para estar seguro que la orina recogida es pura.

Una vez obtenida la orina debe ser examinada al microscopio para ver si hay o no-infección. Se pueden ver bacterias y a veces también puede haber algo de pus. Si en un primer momento no se puede identificar, se coloca una muestra de orina en un pequeño plato de vidrio que contiene una substancia que favorece el crecimiento bacteriano. Esto permite identificar la o las bacterias causantes de proceso y además permite valorar cual es la medicación más efectiva para ese germen. Este procedimiento se denomina cultivo y puede tardar 24-48 HS, o más.

¿Cómo se tratan las infecciones urinarias?

Las infecciones urinarias se tratan con antibióticos. Luego de obtenida la muestra para el análisis de orina se puede iniciar el tratamiento, pudiendo cambiarlo de3pendiendo del cultivo definitivo.

El tipo de antibióticos, la vía de administración y el número de días del tratamiento depende, en parte, del tipo de infección y la severidad de la misma. Cuando el niño se encuentra con estado nauseoso o con mucha fiebre es recomendable iniciar el tratamiento por vía intravenosa, es decir por un pequeño catéter a nivel del brazo o la mano. Si el niño está en buenas condiciones y puede ingerir sin problemas líquidos y alimentos, la vía de administración entonces será oral (por la boca). El tiempo del tratamiento puede variar de 3 a 5 días, pero puede prolongarse incluso a varias semanas. La administración diaria depende del tipo y dosis del medicamento administrado.

Después de iniciado el tratamiento, el niño podría encontrarse mejor, pero deberán pasar varios días hasta que desaparezcan todos los síntomas. Se debe seguir la medicación todo el tiempo recomendado por el médico y suspenderla por que haya desaparecido la sintomatología, ya que la infección si no es completamente tratada puede volver y hacerse resistente a futuros tratamientos.

Los niños deben beber líquidos en cantidades necesarias, sin llegar a forzar su ingesta.

¿Qué estudios deben realizase después de la infección?

Una vez que la infección ha desaparecido puede ser necesario realizar estudios destinados a detectar alteraciones del sistema urinario. Infecciones repetidas en un sistema urinario con alteraciones puede causar con el tiempo daño renal. Puede ser necesario realizar más de un estudio ya que no existe un único estudio que diga todo a cerca del sistema urinario.

Estudios complementarios más frecuentes

Ecografía renal y vesical:

Con este estudio se examina los riñones y la vejiga utilizando ultrasonidos. Es un método simple no invasivo y aporta información acerca del tamaño, forma y características de los órganos explorados, puede descartar ciertos tipos de anomalías. Pero como todo estudio tiene sus limitaciones, no es capaz de demostrar todos los tipos de anomalías; tampoco puede valora el funcionamiento reno – vesical.

Cistouretrografía miccional seriada (CUMS)

Estudia la uretra y la vejiga mientras se llena y se vacía. El estudio consiste en pasar un pequeño catéter a través de la uretra, llenar la vejiga con un líquido que puede ser visto en las radiografías. Este estudio puede detectar anormalidades dentro de la uretra y la vejiga. También puede determinar la orina fluye con normalidad al salir de la vejiga.

Urografía intravenosa

Este estudio permite examinar todo el sistema urinario. Se inyecta un líquido por la vena (sustancia de contraste), y pasa a través del riñón, uréter, vejiga. Visualizando todo el árbol urinario.

Estudios isotópicos

Son varios tipos diferentes de estudios, que permiten valorar la forma, cuantificar el funcionamiento, y si existe algún tipo de obstrucción de los riñones y de la vía urinaria. Como son varios tipos de estudios cada uno aporta una información diferente y a la vez complementaria. Este tipo de estudio tiene la ventaja de exponer menos al niño a la radiación que una radiografía convencional.

¿Qué tipos de anormalidades pueden favorecer problemas urinarios?

Muchos niños con infecciones urinarias tienen un aparato urinario absolutamente normal; pero aquellos que tienen una anomalía deben ser diagnosticados y tratados lo más rápido posible para proteger a los riñones del posible daño. Las anormalidades más frecuentes que pueden afectar la función de los riñones son:

Reflujo vesico-ureteral

La orina normalmente fluye desde los riñones hacia abajo, pasando por los uréteres, hasta que se almacena en la vejiga, siguiendo una única dirección. Cuando existe este problema, la orina que está en la vejiga vuelve en forma retrógrada hacia los uréteres y los riñones. Esta anormalidad es común en los niños con infecciones urinarias.

Obstrucción urinaria

La obstrucción al paso de la orina puede ocurrir en muchos sitios del aparato urinario. Esta obstrucción se produce, habitualmente si el uréter o la uretra son muy estrechas o si existe alguna litiasis (piedra) en la salida del riñón. Ocasionalmente el uréter puede unirse al riñón o la vejiga en un lugar que no es el adecuado, produciendo una alteración en el flujo normal de la orina.

¿Las infecciones urinarias pueden tener consecuencias no deseadas a largo plazo?

Los niños pequeños tienen mayor riesgo de sufrir daño renal como consecuencia de infecciones urinarias, especialmente si existe alguna anormalidad del sistema urinario no conocida. Este daño incluye cicatrices, déficit en el crecimiento y función renal, hipertensión arterial y otros problemas. Por esto es muy importante que un niño con una infección urinaria reciba un tratamiento adecuado y precoz y además se realice una cuidadosa evaluación.

Algunos puntos a recordar…

Las infecciones urinarias afectan aproximadamente al 3% de las niñas y al 1% de los niños antes de los 11años.

Una infección urinaria en un niño puede ser un signo de que existe una anormalidad en el aparato urinario; y que si no se diagnostica podría causar problemas.

Los síntomas de una infección urinaria van desde leves molestias al orinar o cambios mínimos en el olor de la orina, hasta dolor importante y fiebre alta.

Si no se tratan, las infecciones pueden producir serias consecuencias sobre el riñón.

Si usted sospecha que su hijo puede tener una infección de orina, no deje de consultar con su pediatra.