Dieta y estilo de vida en el cáncer de próstata
Autor: Dr. Gilberto Chéchile Toniolo. Instituto Médico Tecnológico. Prostate Institute Barcelona.
Introducción
En estudios realizados con necropsias de varones fallecidos por causas no tumorales se observó que existían focos de cáncer de próstata en más del 35% de los hombres mayores de 50 años y en 75% de los hombres de más de 80 años. Con el paso de los años la mayoría de estos focos no crecen ni se extienden fuera de la próstata. Por otro lado, está ampliamente demostrado que la dieta y los estilos de vida tienen un importante papel en la aparición y en el desarrollo del cáncer de próstata. Por ello se ha considerado que, junto con la dieta, el mantenimiento de un peso corporal normal y la disminución de la masa grasa pueden ser determinantes en la disminución de la mortalidad por este tumor y por otras enfermedades crónicas. Aproximadamente el 70% de los hombres con cáncer de próstata presentan sobrepeso u obesidad y muchos de ellos no cumplen con las recomendaciones sobre el consumo de frutas y vegetales.
Se ha observado que cuando un hombre proveniente de un país donde la incidencia del cáncer de próstata es baja como los países de Oriente (Japón, India, etc) migra a un país de Occidente (USA) y adopta los hábitos alimentarios (dietas ricas en grasas, carne, alcohol y bajas en fibras), y el estilo de vida del nuevo país, el riesgo a desarrollar cáncer de próstata aumenta considerablemente llegando a ser hasta 4 veces superior que en los hombres que viven en el país de origen.
Si los hombres con cáncer de próstata cambian su alimentación y su estilo de vida pueden cambiar la evolución del tumor. Un estudio relizado en la Universidad de California mostró qué en los hombres con cáncer de próstata de bajo riesgo, que eligieron no realizar tratamiento para el cáncer, pero realizaron cambios importantes en sus estilos de vida incluyendo vegetarianismo, bajo consumo de grasas, dietas ricas en soja, ejercicio físico, disminución del stress y soporte psicosocial no debieron recibir tratamiento para el cáncer durante los 12 meses que duró el estudio. Por el contrario, en el 14% de los casos que no realizaron ningún cambio en sus hábitos, se debío realizar tratamiento por progresión del tumor.
Factores de riesgo de cáncer de próstata
Los hombres con factores de riesgo específicos tienen mayor probabilidad de desarrollar cáncer de próstata. Los factores de riesgo pueden ser no modificables o no modificables y la combinación de ellos pone al individuo en mayor o menor riesgo de desarrollar cáncer de próstata. Los factores de riesgo no modificables incluyen: a- raza (el cáncer de próstata es más frecuente en los hombres de raza negra); b- edad avanzada; c- antecedentes familiares de cáncer de próstata (familiares de primer grado diagnosticados de cáncer de próstata antes de los 60 años) y d- mutaciones genéticas. Los factores de riesgo modificables incluyen: a- consumo de alcohol; b- obesidad; c- consumo de tabaco; d- consumo elevado de grasas animales y e- baja actividad física. Un bajo nivel socioeconómico y la dificultad de acceso a la atención sanitaria por vivir en áreas remotas son factores de riesgo adicionales que aumentan la mortalidad por cáncer de próstata.
Tabaquismo. Los fumadores tienen mayor riesgo de presentar cáncer de próstata agresivo, con mayor porcentaje de recidiva del tumor, de presentar metástasis y de morir por el cáncer. En un estudio realizado con mas de 5000 pacientes con cáncer de próstata seguidos durante mas de 22 años, los que fumaban antes del diagnóstico presentaban 61% mayor probabilidad de recidiva y de morir por el tumor. En los casos que habían dejado de fumar 10 o más años antes del diagnóstico el riesgo de recidiva o de morir por el cáncer era similar al de los varones que no habían fumado nunca. En otros estudios se observó, qué en el momento del diagnóstico, el tumor, en los fumadores era más avanzado que en los no fumadores.
Dieta rica en grasas. Dentro de los factores de riesgo mas importantes para desarrollar cáncer de próstata se encuentran: a- el contenido de grasa animal en la dieta; b- la elevada ingesta calórica; c- la relación entre ácidos grasos omega 6 y omega 3; d- el consumo de carne. Los mecanismos exactos por los que la grasa incrementa el riesgo de cáncer de próstata no son claros, pero se especula que puede estar relacionado con los niveles de testosterona, el stress oxidativo o el aumento del factor de crecimiento parecido a la insulina (IGF-1) dado que los individuos que consumen dietas ricas en grasas. Antes de la introducción en las dietas occidentales de los alimentos altamente procesados, la proporción de ácidos grasos omega 6 y omega 3 era de 2-3:1. En la actualidad, con las dietas en base a alimentos procesados, la proporción llega a ser de 30:1 y en Estados Unidos de 40:1 por el desmedido aumento de las grasas saturadas (carnes rojas, carnes procesadas, yema de huevo, leche entera y derivados), grasas trans (aceites vegetales que se producen de forma industrial al convertir aceite líquido en grasa sólida (margarinas) por un proceso de hidrogenación y de los ácidos grasos omega 6 poli insaturados (aceite de girasol). La proporción recomendada es 4:1 o menor. Las grasas trans (margarinas) presentes en todos los alimentos procesados (bollería industrial) deberían ser eliminados de la dieta. Las grasas saturadas probablemente no son carcinógenos per se, sin embargo, al existir muchos productos químicos tóxicos en los procesos de cria de los animales (pesticidas, herbicidas), las toxinas que son cancerígenas alcanzan niveles elevados en la grasa de los animales. Del mismo modo, se observan elevadas concentraciones de estas toxinas en los productos lácteos y derivados (queso, yogurt, etc).
Por el contrario, el consumo de ácidos grasos omega 3 (aceite de linaza, aceite obtenidos por pescados como el salmón), se asocia con un menor riesgo a desarrollar cáncer de próstata probablemente porque disminuye los procesos inflamatorios. El aceite de oliva que es una fuente de ácidos grasos omega 9 también posee efectos protectores contra varios cánceres, incluido el cáncer de próstata.
Obesidad e índice de masa corporal (IMC). Los hombres obesos tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer de próstata, los tumores son mas agresivos y la mortalidad por cáncer es superior. Los obesos también son mas propensos a presentar niveles elevados de insulina y de glucosa en sangre. El consumo excesivo de carbohidratos refinados y con alto valor glucídico (azúcar, miel, harinas refinadas en panes y pastas, bebibas azucaradas, bollería industrial) condicionan obesidad, hiperinsulinemia e inflamación crónica, que condiciona la aparición de cáncer. Los hombres con elevado índice de masa corporal (≥ 30 kg/m2) que se calcula dividiendo el peso corporal por la altura en metros cuadrados tienen mayor riesgo de cáncer de próstata lo que sugiere que la obesidad es un factor de riesgo independiente que se asocia con progresión del tumor y mayor mortalidad. Incrementos de IMC de 5 kg/m2 aumentan 20% la mortalidad por cáncer de próstata. En un estudio que comparó hombres con peso corporal normal y estable con hombres que tenían sobrepeso de mas de 2 kilos durante 5 años antes de la cirugía por cáncer de próstata se observó que el riesgo de recidiva del cáncer era 94% superior en los hombres con sobrepeso.
Consumo de carne. Existen múltiples evidencias que muestran que a mayor consumo de carnes rojas mayor riesgo de desarrollar cáncer de próstata. Por otro lado, el consumo frecuente de carne vacuna cocinada a altas temperaturas en barbacoa, grill o frita o el consumo frecuente de carnes curadas o ahumadas también incrementan el riesgo de cáncer de próstata. Con la cocción de la carne a altas temperaturas se producen aminas heterocíclicas e hidrocarbonos aromáticos policíclicos que son sustancias altamente carcinógenas que se producen cuando el músculo de vaca, pollo, cerdo o pescado recibe altas temperaturas por lo que la grasa y los jugos gotean sobre el fuego produciéndose llamas que contienen las aminas heterocíclicas que quedan sobre la supericie de las carnes. Las carnes curadas o ahumadas contienen nitrosaminas (aminas y nitritos) utilizadas como conservantes que también son carcinógenas. Por el contrario, el consumo bajo o elevado de carnes rojas poco hechas no se asocian con cáncer de próstata agresivo lo que sugiere que el riesgo se relaciona mas con la forma de cocinar la carne que con el consumo absoluto de la misma.
Consumo de calcio, leche y derivados. Varios estudios han mostrado que consumir mas de 1000 mg de calcio por día se asocia con riesgo elevado de tener cáncer de próstata. Igualmente, los hombres diagnosticados de cáncer de próstata que consumían mas de 200 ml de leche entera por día tenían mayor riesgo de que el tumor progresara que los que tomaban menos de 100 ml de leche entera por dia. Por el contrario, los hombres que consumían leche desnatada no presentaban esa evolución negativa.
Sueño. El insomnio y otros problemas del sueño se asocian con riesgo aumentado a desarrollar cáncer de próstata. Los hombres con mayores dificultades para dormir presentan el doble de posibilidades de cáncer de próstata frente a los hombres que duermen bien. Además, el riesgo de cáncer de próstata avanzado fue dos o tres veces superior en los hombres con problemas muy severos para dormir. Obviamente, si la alteración del sueño se mantiene pocos meses no aumentará el riesgo de cáncer o de otras enfermedades, ésta se debe mantener 10-20 años para que aumente el riesgo. En un estudio realizado en 164 países en el que se relacionó la exposición a luz durante la noche y la aparición de cáncer de próstata, se observó una asociación positiva. No se observó esta asociación con el cáncer de pulmón o colorrectal. Se especula que la causa sea la supresión de la melatonina que se produce con la exposición a luz durante la noche. En los países con mayor exposición a luz nocturna, la incidencia de cáncer de próstata es superior que en los paísese menos desarrollados que tienen menor exposición a la luz nocturna.
En otros estudios se ha observado que los trabajadores en turnos nocturnos presentan mayor incidencia de cáncer de próstata que los trabajadores en turnos diurnos. La disrupción del sueño y la exposición a luz durante la noche afectan negativamente el sistema inmunitario e inhiben la producción de melatonina lo que aumenta el riesgo a desarrollar cáncer de próstata.
En un estudio realizado en Islandia con 2100 hombres a los que se les interrogó sobre su forma de dormir se observó que en los hombres que presentaban problemas severos para dormir el riesgo de desarrollar cáncer de próstata aumentaba 70% comparado con los hombres que no tenían problemas para dormir. El riesgo global de cáncer de próstata era 2 veces mayor en los hombres con problemas muy severos para dormir. El riesgo a desarrollar cáncer avanzado era 2 veces mayor si el problema para dormir era severo o 3 veces superior si el problema para dormir era muy severo.
¿Que debemos hacer?
Varios estudios sugieren que un estilo de vida saludable puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de próstata y morir por dicho tumor. En dos estudios se observó disminución del riesgo de morir por cáncer de próstata siguiendo un estilo de vida saludable que incluyó: mantener peso corporal normal, actividad física intensa, no fumar, consumir pescado con alto contenido de ácido graso omega 3 y tomates y reduciendo el consumo de carnes procesadas.
Estilo de vida
Varios estudios han mostrado que llevar un estilo de vida saludable consistente en no fumar, mantener un peso corporal normal, dormir con un sueño de buena calidad un minimo de 6-8 horas, realizar una actividad física intensa y una dieta equilibrada puede disminuir el riesgo de cáncer de próstata.
Ejercicio. Todas las guías oncológicas sugieren que los individuos con cáncer deben realizar una combinación de ejercicios aeróbicos y de resistencia (pesas y aparatos) 3-5 veces por semana de intensidad moderada durante 20-30 minutos. Varios estudios han mostrado que solo entre 15% y 50% de los hombres con cáncer de próstata cumplen las recomendaciones relacionadas con el ejercio, lo que significa que la mayoría de los pacientes con cáncer de próstata no se están beneficiando con la realización de ejercicio físico.
Por otro lado, la actividad física es muy importante para la prevención del cáncer de próstata. En un estudio realizado con hombres mayores de 65 años se observó que los que realizaban mas ejercicio físico presentaban menor incidencia de cáncer de próstata comparado con los que realizaban poco ejercicio. Además, el ejercicio ayuda a mantener un peso corporal normal, mientras que la obesidad el un factor de riesgo a presentar cáncer de próstata. Los hombres con mayor índice de masa corporal tienen mayor riesgo de cáncer de próstata.
Dormir bien. No hay un número mágico de horas de sueño ideal. El individuo debe sentirse descansado cuando se levanta y debe desarrollar sus actividades normales durante el día sin sentirse cansado. Se debe considerar que dormir no es una pérdida de tiempo y deberíamos darle la misma importancia que al ejercicio o a lo que comemos. Dormir poco o dormir mucho son contraproducentes para nuestra salud. La Academia Americana de Medicina del Sueño recomienda dormir al menos 7 horas cada noche.
Dieta. Los pacientes con cáncer de próstata o mama que recidivan presentan niveles elevados de marcadores pro inflamatorios como las interleucinas 6 y 8 (IL-6, IL-8) o el factor de necrosis tisular (TNF-alfa). Una ingesta alta de alimentos con propiedades anti inflamatorias y antioxidantes disminuye la probabilidad de que el cáncer de próstata o mama recidivecomparado con los casos con ingesta baja de esos alimentos. Si se modifica la dieta aumentando el consumo de frutas, vegetales, cereales, pescados con alto contenido de ácidos grasos omega 3 (salmón, sardinas, etc.) se reduce significativamente la recidiva del cáncer. La dieta mediterránea consistente en consumo elevado de frutas y vegetales, cereales, frutos secos (almendras, nueces), semillas, aceite de oliva virgen extra como fuente principal de grasas, consumo moderado de quesos y yogurt, bajo consumo de azúcares o harinas refinadas y de carnes rojas o procesadas y elevado consumo de pescado ha mostrado su beneficio para disminuir el riesgo de padecer cáncer de próstata o para reducir la aparición de recidiva en los casos que lo han desarrollado. La dieta mediterránea es rica en tomates que es la mayor fuente de licopeno que es un producto con propiedades anticáncer. El aceite de oliva es rico en ácidos grasos omega 9 que tiene propiedades antiinflamatorias. La dieta mediterranea posee alta capacidad antiinflamatoria ya que reduce los niveles en sangre de los marcadores pro-inflamatorios (IL-6, IL-8 y TNF alfa) tras 3-12 meses de iniciar su consumo. La dieta japonesa también es anticáncer ya que consiste en elevado consumo de pescados, soja, jengibre, setas con propiedades medicinales, algas,
En el estudio EPIC (European Prospective Investigation into Cancer) realizado en 8 países europeos con 142.239 hombres se observó qué tras un seguimiento medio de 13,9 años, se detectaron 7.036 casos de cáncer de próstata. Los hombres con consumo total de frutas mas alto presentaban menor riesgo de cáncer de próstata. No se observó asociación con el tipo de fruta consumida excepto con el consumo de cítricos.
Otros estudios han mostrado que la dieta mas efectiva para reducir el riesgo de cáncer de próstata consiste en bajo consumo lácteos y de carnes rojas o procesadas y alto consumo de frutas, vegetales, granos, pescados, cúrcuma, jengibre y té verde. La fruta y los vegetales tienen alto contenido de fitoquímicos con propiedades antioxidantes que no solo tienen propiedades para la prevención del cáncer sino que también son importantes en la sobrevida de los individuos que lo presentan.
¿Qué se debe comer?
Frutas y vegetales
Granada, tomates, vegetales de hojas verdes (espinacas, acelgas, kale), frutas de colores oscuros (arándanos, moras, frambuesas, fresas), nueces, semillas, crucíferas (brócoli, coliflor, repollos de Bruselas) son alimentos ricos en antioxidantes. En los vegetales de hojas verdes se pueden encontrar all menos 13 diferentes tipos de flavonoides con propiedades anticáncer. La neoxantina que es un carotenoide presente en la espinaca y otros vegetales de hojas verdes reduce la viabilidad de las células de cáncer de próstata humano. Se ha observado disminución de la incidencia de cáncer de próstata agresivo con el consumo de vegetales de hojas verdes.
Soja
Los alimentos ricos en isoflavonas (genisteina y daidzeina) como la soja, miso, tofu, natto, alubias, lentejas, guisantes poseen propiedades para la prevención del cáncer de próstata. Estos alimentos son ricos en fibra y contienen fitoestrógenos que en estudios con animales han demostrado que detienen el crecimiento de las células de cáncer de próstata e impiden la invasión de tejidos y la formación de metástasis. En los países asiáticos donde se consumen elevadas cantidades de soja y derivados, la incidencia de cáncer de próstata es significativamente mas bajo que en los países occidentales donde el consumo es muy reducido. En un estudio realizado con pacientes con cáncer de próstata programados para cirugía radical, los que consumían 50 grs de soja por día, a las 3 semanas mostraron disminución de las cifras de PSA comparados con los que no la consumían.
Fibra y lignanos
Los lignanos se encuentran en las semillas, granos, vegetales, frutas y legumbres, pero el mayor contenido se encuentra en las semillas de lino. Las dietas ricas en lignanos se han asociado con un riesgo reducido de cáncer de próstata. En un estudio realizado en la Universidad de Duke (USA) se agregaron 30 gramos de semillas de lino a 25 pacientes en espera para realizar cirugía radical por cáncer de próstata. Durante le estudio se observó descenso de la testosterona y de la proliferación de las células, así como aumento de la muerte celular por apoptsis. Se aconseja a los pacientes con cáncer de próstata suplementar su dieta con 3 cucharadas de semillas de lino por día incorporádolas a sopas, cereales o yogurt desnatado.
Tomates y otros alimentos ricos en licopeno
El licopeno es un carotenoide muy abundante en el tomate y en sus productos (salsas, concentrado, etc). Otras fuentes de licopeno son la sandía, papaya y el pomelo rosa. La mayor absorción a nivel intestinal del licopeno y de otros carotinoides se consigue cocinándolo en un medio aceitoso (son muy lipofílicos) ya que se rompen las membranas celulares y se libera el licopeno. Por ello, las salsas de tomate o el tomate frito contienen mas licopeno que los tomates al natural en ensaladas.
Varios estudios han demostrado que el consumo de licopeno puede ayudar a prevenir el cáncer de próstata y a disminuir la progresión en los pacientes que tienen cáncer. En estudios en animales se ha observado que el licopeno ejerce efectos anti proliferativos y detiene el ciclo celular y produce la muerte cde las células tumorales por apoptosis. Además, el licopeno reduce el factor de crecimiento insulínico (IGF-1) que se asocia con un incremento del riesgo de cáncer de próstata. Sin embargo, por el momento ningún estudio ha demostrado que el consumo de licopeno disminuye el riesgo de padecer cáncer de próstata.
En un estudio realizado con pacientes con cáncer de próstata metastásico, a un grupo de pacientes se les realizó orquiectomía y se les administró licopeno, mientras que a otro grupo solo se les realizó la orquiectomía. A los 24 meses, los que recibieron licopeno tenían un PSA mas bajo que los que no lo recibían, un porcentaje mayor de casos con licopeno habían disminuido el PSA por debajo de 4 ng/ml frente a los que no lo consumieron (78% frente a 40%) y la mortalidad fue menor en los que consumieron licopeno (13% versus 22%).
En otro estudio se observó que los hombres que consumían mas de 2 raciones de salsa de tomate por semana tenían 66% menor riesgo de cáncer de próstata metastásico comparado con los hombres que consumían menos de una ración por mes.
En un estudio de metaanálisis que incluyó 42 estudios con mas de 43.000 casos de cáncer de próstata, tanto la cantidad de licopeno consumido en la dieta como los niveles de licopeno circulante en sangre, se asociaron con menor riesgo de cáncer de próstata.
Pescado y ácidos grasos omega 3
Los ácidos grasos omega 3 de cadena larga son abundantes en los pescados (salmón, anchoas, sardinas), crustáceos y en algunas algas. En estudios de experimentación se ha observado que impiden la iniciación y la proliferación de muchos cánceres incluido el cáncer de próstata e inducen la muerte de las células tumorales por apoptosis. Varios estudios han mostrado que el consumo de pescado 3-4 veces por semana reducía significativamente la aparición de cáncer de próstata.
En un modelo de cáncer de próstata en ratones se observó que los ácidos grasos omega 3 aumentan el tiempo de duplicación del PSA lo que indica que el crecimiento del tumor se enlentece. Estos resultados son mas evidentes cuando se reduce el consumo de carnes rojas, de productos lácteos, de grasas hidrogenadas (margarinas) y de aceites vegetales no saturados (palma, girasol) con alto contenido de ácidos grasos omega 6 típicos de la comida procesada de la dieta Americana. Los ácidos grasos omega 3 de cadena corta presentes en las semillas de lino y en las nueces también poseen propiedades en la prevención del cáncer ya que son antiinflamatorios. Los pacientes con cáncer de próstata se pueden beneficiar del suplemento de 1.000 a 3.000 mg por día de omega 3.
Granada
Utilizada desde hace miles de años por sus efectos beneficiosos sobre la salud, la granada posee múltiples propiedades antitumorales demostradas en estudios de experimentación y con animales. Los ingredientes activos son los polifenoles ácido elágico y púnicalaginos que tienen potentes propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. El zumo de granada inhibe el factor nuclear kappa beta (NF-ĸβ) en las células de cáncer de próstata. En un estudio con pacientes con cáncer de próstata que habían fracasado al tratamiento inicial se observó que en los pacientes que consumían diariamente zumo de granada el tiempo de duplicación del PSA aumentaba considerablemente (de 15 a 54 meses). En otros estudios posteriores no se han reprodlucido estos resultados. En el momento actual se están realizando varios estudios clínicos para determinar el efecto del zumo de granada en pacientes con cáncer de próstata.
Te verde
El te verde contiene polifenoles con potentes propiedades antioxidantes. La sustancia mas abundante es epigalocatequina -3-galate (EGQG). Los mecanismos antitumorales son: detención del ciclo celular y la muerte por apotosis de las células malignas; inhibición de NF-ĸβ y ciclooxigenasa-2 (COX-2) relacionadas con la inflamación y modulación de IGF y del receptor de andrógenos. En un modelo de cáncer de próstata en ratones se observó que la administración oral de extracto de te verde durante 24 semanas disminuía en 40% la aparición de cáncer de próstata. Además, cevitaba la aparición de metástasis y mejoraba la sobrevida 70% comparado con los animales utilizados como controles. Similares resultados se observaron con otros modelos de cáncer de próstata en ratones.
En un estudio clínico con 60 varones a los que se les había diagnosticado con biopsia una lesión premaligna de cáncer de próstata (HGPIN) se analizó el resultado del tratamiento con 600 mg de catequinas de te verde o placebo. Tras un año de tratamiento, se realizó biopsia de próstata y se observó que solo uno de los 30 casos que recibieron catequinas desarrolló cáncer, mientras se detectó cáncer en 9 de los 30 casos tratados con placebo. Estos resultados sugieren que las catequinas del te verde son efectivas para prevenir el cáncer de próstata en hombres con alto riesgo de desarrollarlo. A los 2 años se realizó otra biopsia de próstata y se encontró cáncer en 2 de 9 casos que habían sido tratadoscon placebo y en uno de los 13 casos que habían sido tratados con catequinas, aunque habían suspendido el tratamiento un año antes.
En otro estudio con varones diagnosticados de cáncer de próstata se trataron cn 800 mg de catequinas de te verde durante el intérvalo entre la biopsia y la prostatectomía radical. Se observó un descenso significativo en el PSA y en los factores de crecimiento hepático (HGF) y del endotelio vascular (VEGF) y en el ratio entre el factor de crecimiento insulínico (IGF) y la proteína 3 de unión al IGF (IGFBP-3). En otro estudio de metaanálisis se observó que a mayor consumo de te verde, se reducía el riesgo de cáncer de próstata a partir de 7 tazas por día.
Verduras crucíferas
El consumo de verduras crucíferas (brócoli, coliflor, repollo, kale) se asocia menor incidencia de cáncer de próstata. En estudios clínicos se ha observado que el brócoli ayuda a prevenir la aparición de cáncer.
El efecto beneficioso de las verduras crucíferas se relaciona con la presencia de sulforofanos, fitoquímicos que reducen la proliferación de las células tumorales y aumentan la muerte celular por apoptosis.
Cúrcuma
La cúrcuma es la raíz de la cúrcuma longa y posee propiedades antiinflamatorias y antitutmorales. Utilizado ampliamente en la India y otros países asiáticos es lo que confiere el color amarillo al curry. Sus efectos beneficiosos sobre la salud se conocen desde hace miles de años. Su principio activo es un polifenol denominado curcumino. Varios estudios epidemiológicos han correlacionado su consumo con disminución de la incidencia de varios cánceres entre los cuales se encuentra el cáncer de próstata. En estudios de experimentación se ha observado que detiene el crecimiento de células de cáncer de próstata hormono sensibles y hormono resistentes. Sus efectos antitumorales tumorales se ejercen a través de varias vías entre las cuales se encuentra la inhibición del factor de crecimiento vascular (VEGF) por lo que bloquea la formación de nuevos vasos sanguíneos por los tumores. También inhibe el NF‐κB y la COX-2 por lo cual reduce la aparición de metástasis. Si se asocia a tratamiento quimioterápico como el 5-fluoracilo o el paclitaxel, la cúrcuma potencia la actividad antitumoral de los mismos. La utilización de cúrcuma puede potenciar el efecto de los anticoagulantes.
Café
Muchos estudios observacionales han mostrado que el consumo de café disminuía el riesgo a desarrollar cáncer de próstata, progresión o recidiva del tumor.
En un estudio con 48.000 hombres se observó que en los que consumían más de 6 tazas de café por día el riesgo a desarrollar cáncer de próstata disminuía 60%. Comparado con los que consumían menos tazas por día. Los resultados fueron similares con café normal o con café descafeinado. Los efectos se explican por las propiedades antioxidantes que presenta el café. Sin embargo, estos resultados no fueron confirmados en otros estudios. En otro estudio realizado con hombres que tenían cáncer de próstata los que consumían más de 4 tazas presentaban 59% menos riesgo de presentar recidiva o progresión del tumor frente a los que consumían menos de una taza por semana,
Cardo mariano (Silibinin)
El silibinin es un flavonoide presente en las semillas del cardo mariano. Posee propiedades antiinflamatorias ya que regula la expresión de mediadores de la inflamación como el factor de necrosis tumoral (TNF), las interleucinas 1,4, 6 y 10 y el interferón gamma. En estudios realizados con modelos animales de cáncer de próstata se ha observado que puede ser efectivo en todas las etapas del tumor desde disminuir la incidencia del mismo, reducir el tamaño de los tumores establecidos y disminuir la aparición de metástasis. Estos efectos se consiguen a través de inducir apoptosis de las células tumorales, disminuir los niveles del factor de crecimiento vascular (VEGF) y su receptor y disminución de los niveles de metaloproteinasas responsables de la invasión tumoral y la aparición de las metástasis. En estudios en humanos no se observó que el cardo mariano disminuya los niveles del factor de crecimiento insulínico (IGF-1).
Resveratrol
El resveratrol es un polifenol presente en la piel de la uva negra y en otros vegetales. Se han demostrado que presenta efectos antitumorales sobre varios cánceres. En el cáncer de próstata el resveratrol actúa a nivel del receptor de andrógenos que juega un papel muy importante en el desarrollo del tumor. Además de regular ñla expresión del receptor de andrógenos, el resveratrol actñua sobre diferentes genes como el del PSA y el de la kalikreína humana-2 y de otros genes que participan en la transformación del tumor en hormono resistente. El resveratrol se encuentra en el vino tinto.
Jengibre
El jengibre contiene mas de 20 fitoquímicos con potentes propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y en la prevención del cáncer. Los efectos antitumorales se consiguen modulando el ciclo celular y produciendo la muerte de las cálulas malignas apoptosis pero sin afectar a las céleulas prostáticas normales.
Pimienta
En estudios experimentales se observó que la pimienta inhibe la proliferación de células de cáncer de próstata hormono sensible como hormono resistente. En modelos animales se observó que la pimienta aumentaba el efecto antitumoral del qimiotérapico docetaxel cuando se asociaban.
Pimientos picantes
Las guindillas producen otentes efectos antitumorales sobre varios cánceres por la presencia de capsaicina. En animales con cáncer de próstata tratados con capsaicina, los tumores tendían a ser menos agresivos comparado con los animales utilizados como controles. En otros estudios experimeintales se observó que la capsaicina reducía la capacidad de las células de cáncer de próstata hormono resistente para invadir y producir metástasis. La utilización de capsaicina por vía oral asociada a radioterapia producía mayor retraso en el crecimiento de las células malignas que si se utilizaba la radioterapia sola.
La administración de capsaicina oral en ratones a los que se les habían implantado células de cáncer de próstata retrasaba el crecimiento de los tumores.
Conclusiones
Una gran variedad de estilos de vida pueden ser beneficiosos para enlentecer la progresión del cáncer de próstata, reducir los efectos secundarios del tratamiento y mejorar la calidad de vida. Muchas evidencias apoyan el beneficio de realizar ejercicio aeróbico y de resistencia, abandonar el tabaco, consumir una dieta saludable y mantener un peso corporal normal para aumentar la sobrevida de los pacientes con cáncer de próstata.
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